El joven soldado de 19 años Billy Lynn y su patrulla sobreviven a una batalla en Iraq en la que son grabados por las cámaras, por lo que son tratados como héroes cuando regresan a casa para una gira promocional antes de volver a la guerra…
Con ese argumento, nuestro queridísimo Ang Lee se plantaba en las salas en 2016. Tras ganar su segundo Oscar por La Vida de Pi, el director adaptaba la novela de Ben Fountain y se marcaba la primera película rodada a 120 fotogramas por segundo. A eso le añadíamos un reparto formado por Steve Martin, Kristen Stewart o Vin Diesel, a nadie le extrañaba que Billy Lynn se presentase como una de las más serias candidatas a los Oscar de aquel año.
Sin embargo, la experiencia no era nada satisfactoria. Pese a no ser una película nada mala, resultaba innegable la decepción provocada entre el público. Si a eso le añadimos unas pérdidas económicas cercanas a los 50 millones de dólares, a nadie le extraña que Billy Lynn sea uno de los mayores desastres de los últimos años. Por suerte, no hizo el suficiente ruido como para ser objeto de masacre pública. Curioso caso el de la cinta de Ang Lee.