Hablar de la trayectoria de Arnold Schwarzenegger es hablar de incontables papeles memorables. El protagonista de Conan, Predator o Terminator es leyenda viva del séptimo arte. De hecho, durante unos cuantos años su nombre era sinónimo de éxito, pero de repente se encontraba con un fracaso inesperado en la que prometía ser una de sus películas más taquilleras.
En 1993, Arnold Schwarzenegger volvió a ponerse las órdenes de John McTiernan (Predator) en El último gran héroe. Una cinta que mezclaba acción y comedia, pero también con tintes de ciencia ficción. El filme nos acercaba a la figura de Danny Madigan, un chico fantasioso, ferviente admirador de Jack Slater, el mayor héroe del cine de acción. Cuando se estrena su última película, el viejo acomodador del cine le regalaba una entrada para verla en primicia. Gracias a esa entrada con poderes mágicos, Danny conseguía introducirse en la pantalla y vivir trepidantes aventuras con Jack. Ni tan mal…
Desgraciadamente, la crítica se mostraba inclemente con El último gran héroe. Algo que Arnold Schwarzenegger sigue considerando injusto y que achaca al hecho de haberse significado políticamente en aquel entonces.
“Masacraron la película antes de que nadie la viera. Fue un ataque político en toda regla, porque en aquellos días yo estaba haciendo campaña por el expresidente George H.W. Bush, pero finalmente ganó Bill Clinton. El último gran héroe era genial. No fantástica, pero sí muy infravalorada”, afirmaba el propio Arnold Schwarzenegger. ¿Qué os parece a vosotros?