Por muchas versiones de Batman que se nos presenten, la cinta que se sacaba de la manga Tim Burton en 1988 siempre tendrá un encanto especial para todos los cinéfilos. Lo que no sabíamos era que la película que Warner Bros. planeaba para el Hombre Murciélago era bien distinta a la que terminamos viendo.
Cuando la compañía decidió unir fuerzas con DC Comics, el plan para Batman era marcarse una versión cinematográfica de Batman cercana a la comedia y muy en la línea marcada por los trabajos sesenteros de Adam West. De hecho, el director encargado de ello no era otro que el bueno de Ivan Reitman (“Cazafantasmas”). Así las cosas, el director no tardaba en tirar de Bill Murray para asumir el papel principal.
¿Qué ocurrió entonces? Pues que Reitman abandonaba el proyecto en favor de Tim Burton. Automáticamente, el director ponía claro que su versión del Caballero Oscuro no iba a tener ninguna gracia. Esta circunstancia no le gustó demasiado a un Bill Murray que optaba por abandonar la producción. En ese momento, Burton levantaba el teléfono para tirar de su querido Michael Keaton, el hombre que finalmente se encargaría del papel.
Bill Murray como Batman? Jajajajaja… Que fuerte!
Qué bueno que no aceptó.