Toca reducir costes. Los últimos meses están haciendo realmente complicados para casi todas las plataformas de streaming y Disney+ no es una excepción. Después de anunciar miles de despidos y de eliminar unas cuantas películas y series de su catálogo, parece que no ha sido suficiente. Toca seguir eliminando gastos, lo que implica tomar decisiones francamente difíciles. No se puede sostener semejante volumen de material y ya no están a salvo ni los originales.
Necesitan seguir amortizando y son decenas los proyectos que desaparecerán del catálogo de Disney+ en los próximo días, pero la cosa resulta particularmente llamativa en los casos de la película Cráter y la serie Vaya tela, Sam. El anuncio de que desaparecerán solo dos meses después de su estreno nos ha dejado a todos boquiabiertos. Ya no hay límites a la hora de cargarse cualquier cosa.
Así, tras una primera amortización de 1500 millones de dólares que se llevó por delante series como Willow, tiene toda la pinta de que esta segunda oleada va a ser todavía mucho más cruenta que la anterior. La sensación de que la burbuja de las plataformas de streaming está explotando se hace cada vez más evidente.