Que es uno de nuestros actores favoritos resulta evidente. No vamos a descubrir aquí y ahora nuestra devoción por Samuel L. Jackson. Y es que es de esos tipos a los que siempre se agradece encontrar en pantalla, hasta cuando va en un avión lleno de serpientes o se lo come un tiburón por sorpresa.
Hay ciertos intérpretes que no necesitan de premios para convertirse en leyendas. Samuel L. Jackson es uno de ellos. El público le adora desde hace décadas, pero está claro que tampoco le habría molestado tener un Oscar en su estantería. El viejo Samuel también es humano. A pesar de que se quedó muy cerca de ello con su papel de Pulp Fiction. Sin embargo, su sensación es que le “robaron” un Premio de la Academia por una mala edición de la película Tiempo de Matar (1996).
En un tranquilo pueblo de Mississippi, dos jóvenes borrachos violan salvajemente a una niña negra de diez años. La mayoría blanca de la ciudad se muestra horrorizada ante un crimen tan atroz. Carl Lee, el padre de la niña, decide tomarse la justicia por su mano y mata a los violadores de su hija. Mientras la tensión va creciendo y reaparecen en las calles las cruces ardiendo del Ku Klux Klan, Jake Brigance, un joven abogado blanco, hará todo lo posible por salvar tanto la vida de Carl Lee como la suya. La película de Joel Schumacher era excelente y Samuel L. Jackson se salía en el papel de padre de la pequeña. Un trabajo que le valía la nominación al Globo de Oro, pero no al Oscar. ¿Las razones? Pues el actor las tiene claras.
“Recuerdo que en mi primer día trabajando en la película pronuncié un discurso en una escena y todo el set estaba llorando cuando terminé. Luego, a ver la película, me encontré con que la escena no estaba en el montaje. La intención de mi personaje al matar a esos dos tipos es que su hija sienta que ya no están en el planeta y que nunca más le harán daño. Que haré lo que sea para protegerla. Hay muchas escenas en ese sentido que desaparecen también del montaje final. Todo eso que sacaron me impidió ganar un Oscar”. Con estas declaraciones a Vulture, Samuel L. Jackson ponía de manifiesto su cabreo con el montaje final de Tiempo de matar, la cinta por la que considera que tendría que haber ganado un Oscar. Y si Samuel lo dice nosotros no vamos a llevarle la contraria.