Es incomprensible que el mundo no cayese rendido a sus pies. En el año 2012, el canal History se marcaba el que, con permiso de Vikingos, es el mejor de sus trabajos. Bajo el título de Hatfields & McCoys, el canal apostaba por una producción propia de esas que nos dejan noqueados. Tres episodios de casi 2 horas se convertían en pieza fundamental del western moderno, pero la miniserie no lograba el éxito merecido entre el público.
Quien le dedicaba unas horas a Hatfields & McCoys no tardaba en caer presa de su encanto. De hecho, la miniserie lograba 5 premios Emmy en 2012, incluido el de Mejor Actor para Kevin Costner y el de Mejor Actor Secundario para Tom Berenguer. Sin embargo, el gran público no accedía a la ficción, al menos de firma proporcional a su calidad.
Hatfields & McCoys recrea el violento e irresoluble rivalidad entre dos familias de West Virginia y Kentucky durante y después del fin de la Guerra Civil Americana (1861-1865). El enfrentamiento entre el patriarca de la familia Hatfield (Kevin Kostner) y los McCoy estuvo a punto de provocar un conflicto internacional. Las dos familias eran confederadas y lucharon a favor del Sur.
Cruda, brillante y adictiva, Hatfields & McCoys se convertía en lo mejor que ha dado el western moderno y en pieza imprescindible para cualquier seriéfilo.