Puede ser una de las cintas más emotivas de los últimos años. Por si algunos todavía no tenían claro que Will Smith es un actor excelso, En busca de la felicidad servía para, allá en el año 2006, despejar cualquier atisbo de duda.
Chris Gardner (Will Smith) es un vendedor brillante y con talento, pero su empleo no le permite cubrir sus necesidades más básicas. Tanto es así que acaban echándolo, junto a su hijo de cinco años (Jaden Smith), de su piso de San Francisco, y ambos no tienen ningún lugar al que ir. Cuando Gardner consigue hacer unas prácticas en una prestigiosa correduría de bolsa, los dos protagonistas tendrán que afrontar muchas adversidades para hacer realidad su sueño de una vida mejor.
He aquí otro caso de abnegado padre de esos que tan bien funcionan en el cine. Will Smith se queda sin casa, sin mujer, sin trabajo y con un hijo pequeño a su cargo. Como por aquel entonces Jaden Smith no hacía karate ni ná, todo son gastos con el niño. Ya se sabe. Pero el Principe de Bel Air no es de los que se rinden y pese a las innumerables penurias (a cada cual más lacrimógena), el padrazo está dispuesto a hacer lo que sea por sacar a su pequeño adelante. Peliculón por cortesía de Movistar+.