Hace unos días en Disney anunciaban que sus próximos proyectos estará más espaciados y serán más baratos. Normal. Y es que en la compañía del ratón lleva una rachita que poca broma. Lo de perder millones y millones no es bonito. Precisamente eso está ocurriendo últimamente con Disney+. De ahí los despidos de trabajadores, la eliminación de películas y series de su catálogo y la amenaza de la prohibición de compartir cuentas. Una grave tendencia agudizada particularmente después de ver los horribles datos de Invasión secreta.
Lo de la serie protagonizada por Samuel L. Jackson y su Nick Furia roza el drama. Hablamos de la segunda serie menos vista de todas las desarrolladas en el multiverso Marvel. Encima, con la crítica dándole la espalda. Y la cosa no sería tan terrible de no estar hablando de una inversión de 212 millones de dólares en la producción. Auténtica barbaridad.
¿Qué ha pasado para que Invasión Secreta sea tan sumamente cara? Pues se les fue de las manos en duración de un rodaje de más de cuatro meses y en lo referido a su extenso proceso de post-producción. Todo para terminar en un golpe directo al mentón de Disney y Marvel, que al menos parece que han aprendido la lección.