Difícilmente podría resultar una película más incómoda para ciertas personas. El fenómeno Barbie está poniendo patas arriba todo el mundo. Y es que la llegada a nuestros cines en carne y hueso de la famosa muñeca de Mattel es genial en millones de cuestiones de forma, pero también de fondo. Normal que Barbie se haya convertido en la archienemiga en algunos países en los que llevan regulinchi lo de respetar ciertos derechos o libertades.
Como Barbie ha tenido la indecencia de lanzar varios mensajes necesarios para cualquier sociedad que se precie y en algunos sitios hay gente empeñada en construir sociedades que no se precien, pues pasa lo que pasa. Kuwait y Líbano han decidido que Barbie no se vea en sus alas de cine. ¿El argumento? Pues que “contradice valores de fe y moralidad al promover la homosexualidad y la transformación sexual”, tal y como explicaba a reuters el ministro de ¿Cultura? libanés, Mohammad Mortada.
Visto cómo está el mundo, casi parece ya un éxito que Barbie no se haya censurado en muchos más países. A lo mejor pensáis que estamos en el siglo XIX, pero es el año 2023. Lástima que algunos no se hayan enterado.