Ahora todos vuelven a subirse al carro de M. Night Shyamalan, pero nosotros siempre estuvimos con él. Desde que firmase El sexto sentido allá por 1999, el público la ha tomado con un director atrevido y honesto. Apenas dos años después, con Señales llegaba una cinta de ciencia ficción en la que Mel Gibson se enfrentaba a unos hostiles extraterrestres. En un ejercicio de intriga inolvidable, Shyamalan firmaba otra película con un final tan sorprendente como arriesgado.
Graham Hess (Mel Gibson) es un pastor protestante que vive con sus dos hijos (Rory Culkin y Abigail Breslin) y con su hermano Merrill (Joaquin Phoenix), una antigua estrella del béisbol que trabaja en una gasolinera. Tras la muerte de su esposa en un accidente de tráfico, Graham pierde la fe y, en consecuencia, abandona a sus feligreses. Una mañana, al despertarse, se encuentra con que sus hijos han hecho un descubrimiento escalofriante en los campos de maíz que rodean su granja.
Todavía sorprende que Señales no se encuentre en la memoria colectiva como una de las grandes cintas del género. Un filme extremadamente infravalorado. Extraño, sobre todo teniendo en cuenta la potencia argumental y la turbadora e inquietante puesta en escena que volvía a marcarse el director. Además, el tándem formado por Mel Gibson y Joaquin Phoenix es de esos que se recuerdan. Una maravilla a la que todavía muchos le niegan su condición. Ahora se encuentra a nuestro alcance gracias a Disney+, para que le demos la oportunidad de volar tan alto como siempre mereció.