La primera entrega había sido gloriosa y, como todo el mundo sabe, segundas partes nunca fueron buenas… o casi nunca. Era el año 1991. Después de sorprender con la primera entrega, James Cameron y Arnold Schwarzenegger volvían a formar tándem en Terminator 2. El villano pasaba a héroe en una artimaña narrativa inesperada. Poco podíamos imaginar la maravilla que se venía.
Sarah Connor, la madre soltera del rebelde John Connor, está ingresada en un psiquiátrico. Algunos años antes, un viajero del tiempo le había revelado que su hijo sería el salvador de la humanidad en un futuro dominado por las máquinas. Se convirtió entonces en una especie de guerrera y educó a su hijo John en tácticas de supervivencia. Esta es la razón por la que está recluida en un manicomio. Cuando un nuevo androide mejorado, un T-1000, llega del futuro para asesinar a John, un viejo modelo T-800 será enviado para protegerle.
No contenta con superar a su genial antecesora, Terminator 2 se convertía en una de las grandes cintas de la historia del cine. Joya inapelable de la acción y la ciencia-ficción, el paso de los años no hace más que acrecentar la leyenda de una joya disponible hoy en Netflix y Prime Video.