Estamos viviendo unos meses de auténtico drama en las taquillas. Las grandes compañías tiemblan cuando lanzan sus películas, porque los espectadores estamos raritos últimamente. Y es que, a excepción de Barbie, Oppenheimer y Guardianes de la Galaxia, la mayoría de las grandes producciones se han comido leches espectaculares. ¿La última? Pues Gran Turismo.
Es una pena, porque la adaptación cinematográfica del famoso videojuego no está nada mal. De hecho se trata de una apuesta bastante innovadora que funciona a las mil maravillas en muchos sentidos. Una sensacional película a la que no demasiados espectadores le han dado la oportunidad de mostrar su potencial. A día de hoy, la película suma 56 millones de dólares alrededor de todo el mundo. Una cifra bastante escasa si tenemos en cuenta que entre producción y marketing, Gran Turismo se dejaba la friolera de 150 millones de dólares.
David Harbour, Orlando Bloom y compañía le han dado un maravilloso acabado a Gran Turismo, pero parece que el público últimamente no está muy por la labor de darle al acelerador. El bajón de la saga Fast & Furious ya era sintomático. No apetece ver coches a tropocientos por hora.