– Morgan Freeman: Otro caso doloroso. Estamos ante una leyenda viva del cine. Su nombre se encuentra en los créditos de películas como Cadena Perpetua, Million Dollar Baby, Sin Perdón o Seven. Parece mentira que ese perfil de trabajos haya sido sustituido por Ben-Hur, Momentum, Los últimos caballeros o La gran aventura de Winter el Delfín. Si por dinero es, no ofrecemos a dirigir una iniciativa mediante la cual cada fan de Morgan Freeman aporte un euro para que no vuelva a hacer una película mala…
– Nicole Kidman: Sabemos que parece que ocurrió hace medio siglo, pero hace 15 años nos encontrábamos con que Nicole Kidman era sistemáticamente nominada al Oscar y al Globo de Oro. Año tras año, la actriz nos regalaba papeles magníficos. Sin embargo, la actriz australiana dedida ahora sus días a Strangeland, Grace de Monaco o Bajo Amenaza. Lo peor es que parece mero desinterés, ya que es capaz de marcarse un Rabbit Hole, un Stoker o un Lion de vez en cuando, por no hablar de Big Little Lies.
– Bruce Willis: Menuda despedida del cine la del bueno de Bruce… No deja de sorprendernos la cantidad de películas con un mismo argumento que ha protagonizado en sus últimos años como actor. De hecho, tampoco deja de sorprendernos lo terriblemente malas que son todas ellas. ¿Alguien sabe distinguir Mercancía peligrosa, Extraction o The Prince? Pues de esas encontramos a puñados en los últimos 15 años. Desde 2006, poco más que Looper o Moonrise Kingdom se salva entre más de veinte películas.
– Halle Berry: Aquí tenemos a otra víctima del Oscar. Tras alzarse con la estatuilla, Halle Berry no ha sido capaz de enlazar dos películas buenas. Alguna aparición en los X-Men (no todas) y la interesante Cosas que perdimos en el fuego se han convertido en las únicas muestras de talento por parte de una actriz que sería carne de videoclub si estos siguiesen existiendo. Toda una lástima para una mujer con semejantes virtudes interpretativas.