Las grandes compañías pensaban que solo tenían que sentarse a esperar la ruina de los actores y guionistas, pero parece que el tiro les está saliendo por la culata. Los trabajadores de la industria decidían decir basta hace ya varios meses. El Sindicato de Guionistas arrancaba un parón el pasado mes de mayo que ponía contra las cuerdas a toda el sector. Luego era el turno de los actores. En ambos casos se reivindicaban mejoras en las condiciones laborales y ponerle coto a la Inteligencia Artificial, pero las productoras desoían todas las peticiones en las negociaciones. Algo que nos ha conducido a esta situación.
El plan era sencillo para las grandes empresas. Solo había que esperar a que se les acabase el dinero a esa gran parte de guionistas y actores que no son las estrellas. Con lo que no contaban era con que los actores más famosos y los escritores más respetados decidiesen aportar decenas de millones de dólares para sustentar la causa. Una situación que está provocando ya que compañías como Warner se encuentren contra la pared.
David Zaslav, el director ejecutivo de Warner Bros, explicaba las pérdidas a las que se enfrentarán en este 2023. A pesar de haber estrenado la película más exitosa de su historia con Barbie y sus más de 1.400 millones de dólares recaudados, lo cierto es que las previsiones hablan de que estarían perdiendo entre 300 y 500 millones de dólares este año. Un golpe muy duro tras cuatro meses de bloqueo.
Visto lo visto, ya no parece ni que las grandes compañías puedan soportar esta situación. Va a ser necesario ceder lo antes posible para no provocar un descalabro perjudicial para todas las partes. Tiene pinta de que las próximas semanas van a ser cruciales.