Es de esas cosas que nadie podía imaginarse. Cuando James Wan nos presentaba la primera entrega de Saw allá por el año 2004, todos enloquecíamos a lo grande. Terror, tensión, gore… Un festival de estímulos para los sentidos que se convertía en cinta imprescindible del género. De igual modo daba el pistoletazo de salida a una saga que iba hundiéndose más en la irrelevancia con cada nueva entrega. Una dinámica que acaba de cortar por lo sana Saw X.
No dábamos un duro por ella, pero la realidad es que la décima entrega de los macabros juegos de Jigsaw se planta en nuestras salas con el beneplácito generalizado de la prensa especializada. Y es que la película se convierte en la mejor desde la cinta original. Sin ofrecernos nada particularmente extraño en su dinámica, lo que hay que reconocer es que el trato a los personajes y la interacción entre ambos hace que Saw X vuele alto. Una gran noticia.
Tranquilos, porque no va a faltar ninguno de los ingredientes que a todos nos gustan. Hay torturas de lo más retorcidas que harán que apartemos la vista de la pantalla. Eso no puede fallar. Jigsaw es un auténtico maestro de los horripilante. En Saw 10 se respira sangre, pero sobre todo las paredes están impregnadas de la sensación de que la saga aún tiene bastante que dar.
Así las cosas, para sorpresa de todos, Saw X se convierte en una propuesta cinematográfica más que interesante para todos los fans del género.