Han pasado más de dos décadas, pero todavía seguimos traumatizados. Batman & Robin puede ser una de las peores películas de superhéoroes de la historia, pero también una de las más infames cintas de los 90. Pese a que un reparto comandado por George Clooney y Arnold Schwarzenegger hacía pensar que la cosa iba a molar mucho, todo terminó en un desastre de épicas proporciones que todavía hoy se recuerda.
Con un 90% de críticas negativas y el terrible recuerdo entre el público, cualquiera podría pensar que estamos ante uno de los mayores batacazos de la historia del cine. Si a eso le añadimos los 125 millones invertidos y que la convirtieron en una de las películas más caras de la historia en su día, solo podemos pensar en el desastre. Al menos así ha quedado en el imaginario popular. Rara es la lista de mayores fracasos del séptimo arte en la que no encontramos a Batman & Robin. Pero ya os podemos adelantar que nada más lejos de la realidad.
Pese a infausto recuerdo, lo cierto es que la cinta de Joel Schumacher consiguió hacerse con unos meritorios 238,2 millones de dólares en los cines de todo el mundo. Cierto es que quedó lejos de resultar un éxito, pero al menos salvó los muebles de forma más que digna. De esta manera, la película lograba compensar todos sus gastos, arrojando incluso pequeños beneficios. Eso sí, de forma muy justita, lo que provocó que Batman desapareciese de las salas de cine durante más de una década.
En cualquier caso, Batman & Robin fue una cinta rentable. Quién podría pensarlo…