Todos los años, los medios de comunicación se hacen eco de alguna noticia que mantiene en vilo a los espectadores y lectores de todo el mundo, a la espera de un desenlace que, por lo general, acaba siendo trágico. Un proceso traumático que acaba provocando que la historia se quede grabada en la memoria colectiva. Algo que Hollywood suele exprimir al máximo. Lo que pasa es que ya ni se esperan a que las heridas cicatricen.
El último de estos ejemplos tuvo lugar el pasado mes de junio, cuando un submarino llamado Titán desaparecía de manera repentina durante una expedición a los restos hundidos del trasatlántico Titanic. En el transcurso de una semana, nuestros pensamientos se encontraron con aquellas cinco personas que se habían perdido en medio del océano. Sin embargo, no tardaron en confirmarse los peores augurios, materializados en una implosión del submarino que acabó con toda esperanza de recuperar ni los restos de los tripulantes.
Pues bien, la historia será llevada al cine muy pronto. El proyecto ya se encuentra en manos del productor Brian Dobbins. Por lo que se sabe, la trama no se limitará a contar la historia de los desdichados fallecidos, sino que ahondará en el despliegue técnico que tuvo lugar para llevar a cabo las labores de rescate y en el papel que jugaron los medios de comunicación durante la cobertura de la tragedia.
De esta manera, parece que el Titán va a seguir los mismos pasos que el Titanic en todos los aspectos. Habrá que esperar para ver si tiene el mismo rendimiento comercial que su predecesora. Calienta Céline Dion, que sales.