Nadie podía imaginar el nivel de popularidad que alcanzaría Tony Stark. A pesar de que siempre fue un superhéroe bastante atractivo, hay que reconocer que Iron Man no era, ni de lejos, una de las grandes estrellas de la cabecera de cómics. Sin embargo, el aterrizaje de Robert Downey Jr. en el universo cinematográfico de Marvel dando vida al célebre personaje lo cambiaba todo. Iron Man se convertía en el epicentro de una de los proyectos más exitosos de la historia de la gran pantalla. Todo, en gran medida, a consecuencia del enorme trabajo del actor. Imposible pensar en un Tony Stark sin el rostro de Robert Downey Jr.
Sin embargo, la realidad es que Tom Cruise estuvo muy cerca de convertirse en Iron Man. Una de las grandes estrellas del cine quería hacer el papel y, de hecho, en el estudio estaban encantados con la idea. Lo que pasa es que eran días en los que los presupuestos del cine de superhéroes no iban muy allá. Se hacía inviable cumplir con las peticiones de Tom Cruise.
“Lo que pedía Cruise por aquel entonces era excesivo, teniendo en cuenta el riesgo de que además se trataba de una propiedad intelectual de un superhéroe que nunca se había probado en cine”, explicaba Kevin Feige, presidente de Marvel Studios. Así, la opción terminaba frustrándose. Tocaba pensar en otro perfil de actor y Robert Downey Jr. pedía a gritos una resurrección cinematográfica. El resto de la historia ya nos la sabemos.