Por si no fuese suficiente con ser asesinado en acto de servicio, el pobre Alex J. Murphy era maltratado durante décadas. efectivamente, después de firmar aquella entretenidísima e inolvidable RoboCop, el personaje era arrastrado por los suelos a base de secuelas infames y algún remake olvidable. Una víctima de la sobreexplotación, la falta de imaginación y el afán por hacer dinero en cines.
Sin embargo, la masacre del pobre Alex Murphy no terminaba ahí. Muchos lo hemos olvidado (o hemos querido hacerlo), pero la realidad es que, a mediados de los 90, una infame serie centrada en el personaje se plantaba en nuestros hogares.
Diez años después de la película original de Robocop, Delta City, considerada “el lugar más seguro de la Tierra”, se ha convertido en una ciudad futurista propiedad de OCP, y RoboCop, Alex Murphy ha empezado a notar la edad. Murphy se encuentra casi obsoleto, y tiene que aceptar que su hijo ahora adulto, James, es un ejecutivo de OCP, ignorante de que su padre sigue vivo. El antiguo compañero de Murphy, John Cable, ha vuelto también a Delta City como el nuevo Jefe de Seguridad. Pero surgen nuevos enemigos, y Murphy y Cable comienzan a investigar sin saber que se acercan peligrosamente a exponer un malvado grupo de ejecutivos de OCP conocidos como “El consorcio”… del que forma parte James Murphy. Desesperados por evitar que sus siniestros planes sean revelados, “El consorcio” programa a Murphy para matar a John Cable…
Más mala no se podía ser. Solo comparable con RoboCop 3, la serie nos ofrecía 22 capítulos, a cada cual peor, estrenados en 1994. Un desastre desde su argumento, hasta una puesta en escena demasiado cutre. En unos tiempos en los que Spielberg creaba dinosaurios perfectos, resultaba asombrosa la falta de calidad de la propuesta. A ver si tenéis valor a tragaros los 22 episodios. Para muestra…