La historia del cine no se entiende sin él. Grande entre los grandes, pocas estrellas se le pueden comparar. Sí, estamos hablando de Clint Eastwood. Uno de los más grandes de la historia del cine , como lo dejan claro películas del calibre de Harry el sucio, Sin perdón o Gran Torino. La lista de trabajos inmensos es eterna.
Sin embargo, nuestro querido Clint no bebe desde hace 40 años el refresco más famoso del planeta: la Coca-Cola. Su odio llega hasta el punto de prohibir que aparezca cualquier referencia a esta bebida en sus películas. La razón es de lo más sorprendente. Resulta que su hijo Kyle Eastwood estuvo a punto de hacerse con el papel de Daniel en la película Karate Kid. Pero, tras algunas pruebas decidió descartarse, acabando el personaje en manos de Ralph Macchio. Este fue el comienzo de la animadversión de Clint Eastwood hacia Columbia Pictures, que por aquel entonces era propietaria de Coca-Cola. Juró venganza e inició una guerra que duró unas cuantas décadas. No le sentó nada bien la jugada.
No obstante, el actor nunca ha confirmado este particular de manera explícita, excusándose en que no toma bebidas azucaradas por cuestiones nutricionales. De cualquier modo, parece que con el paso de los años ese resentimiento no ha desaparecido y ha condenado a la bebida a alejarse de él a kilómetros de distancia. Pese a todo celebramos que nuestro querido Clint Eastwood haya decidido afrontar este problema desde la calma y no liándose a tiros con media compañía. Va a ser verdad eso que dicen de que la experiencia es un grado. Por ello, nos tomaremos unas Pepsis en honor a Clint Eastwood.