Aunque nadie se lo explique, estas cosas pasan. De vez en cuando asistimos al arrollador éxito de proyectos francamente pobres. Películas de discutible calidad entran de maravilla entre el gran público. Algo que sucede, en gran medida, por las arrolladoras campañas de las plataformas de streaming. Y precisamente eso es lo que está ocurriendo estos días en Prime Video con una película navideña titulada Navidad en Candy Cane Lane. Un filme que lo peta por todo lo alto.
Un hombre se propone ganar el concurso anual de decoración navideña de su barrio. Después de que Chris, sin saberlo, haga un trato con una traviesa elfa llamada Pepper para mejorar sus posibilidades de ganar, ella lanza un hechizo mágico por el cual los 12 días de Navidad cobran vida y causan estragos por toda la ciudad. A riesgo de estropearle las fiestas a su familia, Chris, su mujer Carol y sus tres hijos deberán lanzarse a la carrera para romper el hechizo de Pepper, enfrentarse a retorcidos personajes mágicos y salvar la Navidad para todos.
Así se presenta Navidad en Candy Cane Lane, un filme carente de espíritu, encanto o el más mínimo interés. Para colmo, dura dos horas, lo que hace que todo resulte aún más complicado de gestionar. ¿Y al frente de todo? Un Eddie Murphy que parece estar consiguiendo remontar su carrera con películas que logran cierto éxito, pero que son tan malas como las que la hundieron hace unos años.
Sea como fuere, lo que no se puede negar ya es que Navidad en Candy Cane Lane ha logrado, pese a su discutible buen gusto, convertirse en la película navideña de este año.