Las cartas ya están sobre la mesa. El próximo mes de marzo, los Oscar buscarán nuevos hogares. Las grandes películas del año llevan tiempo ya dándose codazos en busca de lograr la mejor posición posible de cara a la entrega de los Premios de la Academia. Una lucha que suele dejar víctimas ilustres por el camino. No hay espacio para todos y uno que parece que está perdiendo ritmo es Bradley Cooper.
La llegada de Maestro a nuestras vidas generaba cierta decepción. La nueva cinta dirigida por Cooper nos acercaba a la figura del emblemático compositor Leonard Bernstein, pero lo hacía con un exceso de pomposidad narrativa que provocaba el desapego de amplios sectores de crítica y público. De alguna forma, la sensación que dejaba el filme era la de estar mucho más centrada en la forma, que en el fondo. Así, desde su lanzamiento, las posibilidades de cara a los Oscar se han reducido drásticamente.
Más allá de los sensacionales trabajos interpretativos de Carey Mulligan y del propio Bradley Cooper, no parece que maestro pueda tener opciones de colarse más que en algunas categorías técnicas como Mejor Fotografía o Maquillaje. Cada vez se ve más remota la posibilidad de que pueda aspirar a Mejor Película, Dirección o Guion, algo que se daba por hecho el comienzo de la carrera por los Oscar. La competencia es realmente dura y Maestro queda demasiado lejos del nivel del resto de contendientes. Una pena, porque esperábamos mucho de ella.