Todos esperábamos la redención. Terminator: Destino oscuro llegaba a las pantallas allá por el año 2019 con la firme intención de convertirse en la película que devolviese el prestigio a la saga iniciada por James Cameron. Un reparto de auténtico lujo, así como el retorno de nuestro las estrellas de las dos primeras entregas y el propio Cameron de nuevo liderando prometían el inicio de una nueva etapa de gloria para el célebre T-800. El problema es que las cosas salían como se esperaba…
A excepción de las dos primeras cintas, estábamos ante la mejor entrega de la saga Terminator. Desgraciadamente, el público no respondía como cabía esperar. Los 260 millones de dólares de recaudación final quedaba lejos de los ya decepcionantes 440 millones de Terminator: Génesis. Y es que estamos ante películas realmente caras. De hecho, Terminator: destino oscuro tenía un coste de 180 millones en producción y 70 en distribución y publicidad. Una ruina en todo los sentidos que provocaba que la saga quedase herida de muerte con un filme llamado a devolverla a lo más alto.
Así las cosas, los planes de James Cameron y Tim Miller de firmar una nueva trilogía de Terminator tienen toda la pinta de que morirán con Terminator: Destino oscuro. Una pena, porque la cosa prometía. Eso sí, últimamente han vuelto a surgir rumores de que Cameron quiere devolver a la saga al lugar que nunca debió abandonar. Si tiene algún hueco entre las secuelas de Avatar, podría darnos una buena alegría. No parece que el bueno de James vaya a resignarse al fracaso.
Basta, por el amor de Skynet.
Por favor que no hagan más
La última súper-woke fue vergonzosa con un Terminator mangina vendiendo cortinas y con mujer que en años no se entera de lo que es (y no sabemos qué le exigiría en la cama), y cambiar a John por una de 50 kg dando mamporros a terminator.
Realmente con T2 ya se acababa la historia.
Que se inventen otra cosa