Todos tenemos la sensación de que la carrera de Spielberg es un camino lleno de éxitos. Desde que empezaste a mostrar su inmenso talento con El diablo sobre ruedas (1971) y Tiburón (1975), resulta imposible imaginarse el cine sin la mano de Steven Spielberg, presente como director de infinidad de obras maestras, pero también como creador de decenas de películas memorables. Un camino con un gran patinazo.
Allá por el año 1979, Steven Spielberg se había convertido en el director al que todos los grandes estudios querían contratar. Venía de firmar ese clasicazo titula Encuentros en la tercera fase, con el que había reventado las taquillas a lo bestia. Así, el director decidía reunir a varios talentos del calibre de Robert Zemeckis, Bob Gale y John Milius para el desarrollo de una historia que él mismo dirigía. Una alocada comedia llamada 1941.
La histeria colectiva se apodera de los habitantes de las costas de California en los días posteriores al ataque japonés contra Pearl Harbor. Un submarino nipón se ha extraviado y la población teme una invasión.
La película bélica y comedia alocada, tiene mucho de espíritu hilarante de dibujos animados con John Belushi al frente. Una comedia poco comprendida, de presupuesto desmedido y que se dilató en su rodaje a lo loco. Al público no le entró demasiado bien y hoy es recordada como su mayor patinazo. Luego llegaría una película llamada Indiana Jones en Busca del Arca Perdida que puede que algunos conozcáis.