Corría el año 2014. Cuando todo parecía una batalla cerrada entre Marvel Studios y el tándem Warner-DC por hacerse con el mercado cinematográfico de los superhéroes, 20th Century Fox ha decidía entrar en la lucha. La compañía tenía en su poder los derechos de la saga X-Men y de Los 4 Fantásticos, lo cual pretendía exprimir hasta las últimas consecuencias. Tenía a su disposición a unos cuantos superhéroes sensacionales y esas cosas no se pueden dejar pasar a la ligera. Así, ya se estaba trabajando en una cinta de proporciones épicas y llamada a petarlo en los cines de todo el mundo.
Con las películas de la Patrulla X en su mejor momento, Fox decidía crear su propio universo con varias películas centradas en el grupo de mutantes, así como varios spin-off como el frustrado de Gambito (Channing Tatum) o Lobezno (Hugh Jackman). Mientras tanto, en esos días también se fraguaba la ambiciosa película que pretendía rescatar para la causa a Los 4 fantásticos con un reboot que sonaba de lo más apetecible.
Así las cosas, el plan no era otro que el de lanzar un crossover entre X-Men y Los 4 Fantásticos para el año 2018. El universo de Fox iba a por todas. Sin embargo, con lo que nadie contaba era con que Mr. Fantástico y compañía se la pegasen a lo grande. El descomunal batacazo de la primera familia de Marvel suponía un duro golpe para el proyecto, pero el golpe definitivo llegaba con la entrada de Disney en escena para comprar 20th Century Fox. La compañía terminaba desbaratando unos planes de lo más ambiciosos y mandando la cinta a ese limbo de películas que nunca sucedieron. Una lástima.