No podíamos ni imaginar que pudiese volar tan alto. En el año 2014, Nic Pizzolatto se sacaba de la manga una de las mejores series de la historia de la televisión. True detective nos acercaba a la persecución de un asesino en serie, introduciéndonos en un universo oscuro e insano, que nos atrapaba al instante. Una historia autoconclusiva que volvía poco después con una segunda temporada bastante flojita. Después de tomarse un largo descanso, true detective recuperaba parte del nivel con la tercera tanda de episodios, pero nada comparado con lo que acabamos de ver ahora.
True Detective 4 había despertado ya gran expectación desde que se empezase a conocer los primeros detalles del proyecto. Para colmo, eso de apostar por Jodie Foster como rostro principal hacía sino aumentar nuestras expectativas. Y ese contexto en medio de la nieve ya era la guinda para volver a introducirnos en un caso. Eso sí, ni remotamente podíamos imaginar la maravilla que se nos venía encima.
Desde el primer minuto, la nueva serie de HBO Max nos agarra por el cuello y empieza a arrastrarnos por la nieve. True Detective 4 lanza sus terroríficas fauces sobre nosotros para no soltarnos ni un instante. Todo funciona a la perfección en una serie con unos personajes francamente interesantes inmersos en un caso que nos atrae como polillas a la luz. Simplemente brutal.
¿De qué va True Detective 4?
Cuando la larga noche de invierno cae en Ennis, Alaska, los ocho hombres que operan la Estación de Investigación Ártica Tsalal desaparecen sin dejar rastro. Para resolver el caso, las detectives Liz Danvers y Evangeline Navarro tendrán que enfrentarse a la oscuridad que llevan dentro y escarbar en las atormentadas verdades que yacen enterradas bajo el hielo eterno.