Noticia terrible la que ha publicado hoy El País. Carlos Vermut, director de Magical Girl o Mantícora, ha sido acusado de violencia sexual por parte de tres mujeres. Un estudiante de cine, otra mujer que trabajó para él en una de sus producciones y una tercera perteneciente ámbito del sector cultural, tal y como ha recogido la exclusiva del periódico. Tres mujeres que no han querido revelar su identidad por miedo a posibles represalias profesionales, pero que han facilitado al medio sus declaraciones juradas y firmadas en las que describen los diferentes hechos, fechados entre 2014 y 2022.
Uno de los testimonios facilitados a El País habla de que se conocieron en un famoso local madrileño, por amigos en común. Luego se habrían ido a casa de ella, después de besarse en la calle, según la víctima, “se tiró encima de mí, empezó a estrangularme. No lo vi venir. Yo empecé a darle patadas. Estaba muy asustada. Después de darle más patadas se apartó y me dijo algo así como: «Yo no me lo merezco»”. Eso no habría detenido a Vermut en su violencia, causándole incluso heridas genitales.
En el caso de la estudiante, de 21 años y 15 menor que Carlos Vermut, el director se aprovechaba de una clase impartida para empezar a relacionarse con la joven, bajo el pretexto de ayudarle a progresar en el sector. Tras invitarla a su casa, le arrancaba el sujetador violentamente, ante lo que la joven se negó a continuar. La tercera mantenía una relación sexual con Vermut durante dos años. Trabajaba para él, lo que le llevaba a no cesarla por miedo. Durante ese periodo relata terribles momentos de violencia sexual, humillaciones y miedo.
Para el artículo en cuestión, El País aportaba el sustento de 31 mujeres de la industria y media docena de personas del entorno cercano a Vermut. Además, el diario está en posesión de e-mails, fotografías y conversaciones de WhatsApp para sustentar los testimonios.
Por su parte, Carlos Vermut hablaba con El País para sustentar todo en su gusto por prácticas sexuales violentas, pero consentidas según él. “Otra cosa es que la persona en su casa después se sintiera mal y a lo mejor en el momento tuviese miedo a decirlo”, afirmaba el director. Declaraciones tan inaceptables como “imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama o en el sofá hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual…”.
Gravísimas acusaciones a las que se enfrenta un Carlos Vermut que, a sus 43 años, podría ver su carrera terminada.