Estamos hartos de escuchar que es una de las peores películas de la historia del cine. Puede que la cosa no sea tan grave, pero seguro que Batman & Robin es de las cintas más decepcionantes jamás rodadas. Hay que reconocer que nada funciona en la infame obra de Joel Schumacher. La película que estuvo a punto de acabar con el Batman cinematográfico se encontró en George Clooney uno de sus principales problemas.
La pose irónica del actor siempre nos ha gustado y su talento es incuestionable, pero para dar vida al caballero de la noche requiere de una mirada más oscura que la socarronería por la que actor y director optaban para el personaje. Para colmo, todo lo que rodeaba a George Clooney era un horror: Trama, personajes, estética. Ni un poco de ayuda se encontró el actor.
¿Podría George Clooney haber firmado un trabajo mejor como Batman? Seguro. La configuración del Bruce Wayne de Batman & Robin no era la adecuada desde el mismo guion. Sin embargo, a todas luces la elección del bueno de George para el papel tampoco lo era. Ninguna de las recreaciones cinematográficas anteriores o posteriores del personaje patinó tanto. Ni el flojo abordaje del personaje de Val Kilmer (también fallo de Schumacher) en Batman Forever resultaba tan dasatinada. Una pena.