Con Jack empezó todo. Efectivamente, el Joker siempre ha sido uno de los personajes más emblemáticos de las viñetas, pero su leyenda no empezó a alcanzar altura magistral hasta que Jack Nicholson llegó a Gotham. Estábamos a finales de los 80 y, por aquel entonces, el cine de superhéroes no gozaba de demasiado prestigio. Todo lo contrario. A excepción de Superman, todas las cintas del género se contaban por desastres.
Tim Burton tenía un gran proyecto entre manos con la película de Batman, pero convencer a uno de los mejores actores del planeta para embarcarse en un proyecto así no era tarea sencilla. ¿Cono consiguieron que Nicholson aceptase entonces el papel? Pues tirando de chequera. La oferta que Warner Bros le ponía sobre la mesa era de las que no se pueden rechazar. Un buen puñado de millones de dólares y un porcentaje sobre los beneficios de la película conseguían vencer las reticencias de Jack.
¿Cuánto se embolso al final? Unos 60 millones de dólares. Efectivamente, hablamos de una auténtica millonada. Una montaña de dinero para conseguir el fichaje de Jack Nicholson, uno de los actores más importantes de la historia del cine. Efectivamente, el bueno de Jack no podía resistirse. Eso sí, como contrapartida nos ofrecía una de las mejores interpretaciones de la historia del cine. Fácilmente podríamos hablar de la primera gran versión del Joker y una construcción memorable del temible villano de Gotham. Un grande Jack.