Cualquiera diría que le lloverían las ofertas, pero nada más lejos de la realidad. Cuando Daisy Ridley se convirtió en la protagonista de la nueva trilogía de Star Wars, todo apuntaba a que acababa de nacer una nueva estrella del cine. Tenía juventud y encanto a raudales, lo que hacía pensar que el mundo estaba en sus manos. Lo que pasa es que proyectos de este tipo a veces se convierten en armas de doble filo. Para todo el mundo era, de repente, la chica de Star Wars. Algo que no le abría tantas puertas como cabría esperar.
En una reciente aparición en el festival South by Southwest (SXSW) con motivo de la promoción de Magpie, su nueva película, Daisy Ridley aprovechaba para referirse a la situación vivida después del final del rodaje del Episodio XI. A pesar de que la cinta se estrenaba a finales de 2019, lo cierto es que su grabación terminaba en el año 2018. Comenzaba así un periodo complicado.
“No es que no hubiera ninguna oferta, pero no llegaron demasiadas. La cosa estaba sorprendentemente tranquila”, afirmaba una Daisy Ridley que también explicaba como la pandemia le sirvió para sentarse a poder llorar un poco y luego afrontar la nueva etapa de su carrera.
En cualquier caso, Daisy Ridley tiene también previsto volver a la saga Star Wars con la película en solitario de Rey. Un proyecto cuyo desarrollo comenzará muy pronto. Esperemos que al colgar el sable láser le vaya mejor esta vez.