Algo tienen los true crimes. Cada vez son mayores las legiones de fans de un subgénero que se ha vuelto sinónimo de éxito. La realidad es que las ficciones de este perfil tienen un tirón asombroso, algo que parece tender varias razones. Cierto es que a todos nos despierta cierto morbo el acercarnos a historias que ya conocemos por las noticias, particularmente si han sido muy mediáticas. Pero también la monstruosidad tiene cierto efecto de atracción difícil de entender. Y la realidad es que ambos factores confluyen a lo grande en El caso Asunta.
Tenemos que remontarnos al 21 de septiembre de 2013. Esa tarde, Rosario Porto y Alfonso Basterra acuden a comisaría para denunciar la desaparición de su hija asunta. Horas después, el cuerpo de la niña es encontrado sin vida en las afueras de Santiago de Compostela. Comienza así uno de los casos más extraños y oscuros de la crónica negra española. A medida que se suceden los acontecimientos, las investigaciones apuntan a que los padres han sido los responsables de la muerte de la pequeña. Un crimen que conmociona a todo un país que trata de encontrar una explicación a todo ello.
Más de 10 años después de que la muerte de Asunta se convirtiese en noticia, Netflix ha querido lanzar una miniserie de seis episodios que nos acerca a la historia. Una ficción que resulta absolutamente estremecedora. Acierto en toda regla por parte de la plataforma de streaming, ya que todo funciona de forma asombrosa en El caso Asunta. Impecable en todos los sentidos, si algo hay que destacar de forma particular es el asombroso trabajo de Candela Peña y Tristán Ulloa como protagonistas. Dos actores en estado de gracia que lidera un reparto en el que lucen nombres del calibre de Javier Gutiérrez, María León, Carlos Blanco o Alicia Borrachero.
El caso Asunta estalla a nuestra disposición en la parrilla de Netflix. Una cruda maravilla que desde Alucine os recomendamos encarecidamente.