“Los feos” es una película (por llamarla de una manera) claramente fallida que no logra alcanzar sus pretensiones ni como sátira social ni como entretenimiento ni como nada. La trama se centra en un futuro distópico donde la cirugía estética es obligatoria y aquellos que no se someten son marginados. A pesar de que la premisa podría haber dado lugar a una reflexión interesante sobre la obsesión con la apariencia física, la película fracasa tanto en su ejecución como en el desarrollo de sus ideas. Naufraga por todos lados
Lo primero que me llamó la atención negativamente fue el guion. La película no sabe realmente hacia dónde quiere ir. En lugar de profundizar en las consecuencias de una sociedad superficial, se queda en una exploración superficial de los problemas que plantea. Los diálogos son planos y no consiguen que me interese por los personajes o por su destino. De hecho, la construcción de los personajes es otro punto débil. Son estereotipos sin ninguna evolución significativa a lo largo de la historia, y resulta difícil conectar emocionalmente con ellos. Todo muy Netflix.
Los actores, aunque hacen lo que pueden con el material que tienen, tampoco logran salvar la película. Las interpretaciones son forzadas y poco convincentes, especialmente porque muchos de los actores parecen demasiado mayores para los papeles que interpretan. Esto genera una disonancia que me sacó de la película en varias ocasiones.
Visualmente, “Los feos” tampoco brilla. Si bien no esperaba efectos especiales de alto nivel, el resultado es decepcionante. El futuro que presenta la película se siente barato y poco trabajado, como si se hubiera diseñado con un presupuesto limitado y sin mucha imaginación. Los escenarios son simples y repetitivos, lo que refuerza la sensación de que estoy viendo algo hecho a medio gas.
El ritmo de la película es otro de sus problemas. Aunque empieza con un cierto interés al presentar su universo, pronto cae en la monotonía. Las escenas se suceden sin que realmente avance la trama de manera sustancial, y llega un punto en que el desenlace se vuelve predecible y carece de la tensión necesaria para mantenerme interesado.
En definitiva, “Los feos”*no me ha convencido en casi ningún aspecto. A pesar de tener una premisa que podía haber dado lugar a una crítica mordaz sobre la superficialidad y la presión social por la apariencia, se queda en un producto insulso y mal ejecutado. Mi calificación es un 3 sobre 10, ya que no encontré ningún elemento realmente rescatable que me hiciera disfrutar de la experiencia.