Dirigida por Joachim Rønning (‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’, ‘Maléfica: Maestra del mal’), esta nueva entrega pone en el centro a Jared Leto como Ares, un sofisticado programa digital enviado al mundo humano para frenar la ofensiva de los esbirros del universo Tron. Junto a él, un reparto de lo más variado que incluye a Evan Peters, Greta Lee y Gillian Anderson, esa mezcla extraña pero prometedora entre ciencia ficción, carisma y un toque de caos.
El tráiler deja claro que aquí no estamos ante una secuela cualquiera: estamos ante una colisión de mundos, el primer contacto entre la humanidad y seres creados completamente por inteligencia artificial. Vamos, Westworld pero con traje de luces y motos imposibles.
Un largo camino hasta el “Enter”
El origen de todo esto está, cómo no, en el ya mítico estreno de ‘Tron’ (1982), una rareza futurista para la época dirigida por Steven Lisberger. La protagonizó Jeff Bridges como Kevin Flynn, un programador que se metía –literalmente– en el interior de un ordenador. Fue una película adelantada a su tiempo, tanto por su estética como por el uso pionero del CGI, pero también un éxito moderado: costó 16 millones y recaudó 33, lo justo para dejar huella sin revolucionar el negocio.
Sin embargo, el culto creció con el tiempo, y en 2010 llegó ‘Tron: Legacy’, la secuela dirigida por Joseph Kosinski, con Garrett Hedlund, Olivia Wilde y el regreso de Bridges. Más ambiciosa, más cara (170 millones de dólares), pero también más taquillera, con casi 410 millones recaudados a nivel mundial. ¿El problema? Que aunque la estética gustó, la trama dejó frío a más de uno, y la supuesta tercera entrega quedó en el limbo.
Durante años, la cosa fue un constante “ahora sí, ahora no”, hasta que en 2017 Disney decidió dejar de mirar atrás y apostar por un nuevo enfoque. Nada de Sam Flynn ni de Quorra. ‘Tron: Ares’ no es tanto una continuación como un renacimiento digital.