No es la primera vez que sucede y tiene pinta de que tampoco será la última. La capacidad de Netflix para convertir en éxitos casi todas sus apuestas sigue asombrándonos. La plataforma de streaming consigue millones de visualizaciones, incluso cuando una película es tan terriblemente floja como La villa del amor.
Una joven hace un viaje a la romántica Verona, Italia, después de una ruptura, solo para descubrir que la villa que reservó tenía doble reserva y tendrá que compartir sus vacaciones con un cínico británico.
Si alguien se esperaba una cinta con un mínimo de originalidad dentro del género de la comedia romántica, ya os podemos asegurar que no hay ni rastro. La villa del amor se convierte en un ejercicio cinematográfico terriblemente previsible y en el que todo cuánto sucede se puede anticipar sin problemas. Los trabajos de Kat Graham y Tom Hopper, una pareja protagonista bastante solvente, son lo único que libra del desastre al filme. Una lástima.