Fue la primera de las incontables secuelas de Depredador. En 1990, 3 años después de que la película se convirtiese en una de las películas más exitosas de la historia del cine, se daba luz verde a una secuela que no conseguía repetir el éxito. Depredador 2 pasaba sin penas ni gloria, entre otras cosas por la ausencia de Arnold Schwarzenegger. El protagonista de la primera entrega decidía aparecer en la película por su compromiso con James Cameron para no ocupar su calendario con vistas al trabajo en Terminator 2.
En ese momento comenzaba la búsqueda de un protagonista para Depredador 2. ¿Y quién era el elegido? Pues nuestro queridísimo Patrick Swayze. El actor lo tenía hecho, pero un problema de última hora lo truncaba todo. Mientras rodaba Road House (1989), el inolvidable actor de Ghost se lesionaba la rodilla, lo que impedía definitivamente su aparición en la secuela de Depredador. Un problema que se intentó paliar con otro de los tipos duros del momento: Steven Seagal.
Problemático y mandón, pronto el director Stephen Hopkins comunicaba su negativa aceptar que Steven Seagal fue el protagonista de la película. Era entonces cuando Danny Glover se sumaba el proyecto. Lo cierto es que Depredador 2 no funciona demasiado bien, pero el trabajo de Glover era, como siempre, sensacional.