La industria no fue justa con ella. Allá por el año 1997, llegaba a Gotham la mayor amenaza a la que se enfrentó jamás el hombre murciélago. Hablamos del tristemente desaparecido Joel Schumacher y esa infame película titulada Batman & Robin. El desastre fue de proporciones épicas en todos los sentidos, pero Hollywood no tardó en perdonar a George Clooney. Todo lo contrario ocurría con una de las actrices más queridas y prometedoras de aquellos días. Hablamos, cómo no, de Alicia Silverstone.
Por alguna razón, la carrera de la intérprete quedaba sepultada bajo el traje de Batgirl. Desde entonces, papeles cada vez más pequeños hasta dejar su trabajo interpretativo en algo meramente testimonial. La industria no fue nada justa con ella.
Pues bien, el pasado año Alicia Silverstone decidía jugarse su potencial su resurrección vía serie B. La actriz apostaba por una película de tiburones titulada The Requin (Sharkwater en España). Una cinta que quedaba lejos de lograr su objetivo. Cutre a más no poder, sin demasiado espacio para la comedia y con unas interpretaciones tirando a pobres, la película conseguía el efecto contrario: Hundir más a Alicia Silverstone. Y esta vez, entre lamentables escualos digitales.
A sus 46 años, Alicia Silverstone sigue tratando de convertirse en la actriz que estaba llamada ser. Lo que pasa es que con películas como The Requin no parece que la cosa le vaya a lucir mucho.