No podemos disimular que Ruben Östlund es uno de nuestros directores favoritos. Pocos creativos como el sueco son capaces de retorcer los límites de la miseria humana hasta semejantes niveles. Si con Fuerza mayor y The Square ya lo habíamos pasado en grande, ahora tiene toda la pinta de que la cosa se disparará con El triángulo de la tristeza, su nueva película.
Ha terminado la Semana de la moda, momento que Carl y Yaya, pareja de modelos e influencers, aprovechan para disfrutar de un crucero de lujo en un yate al que han sido invitados. Al tiempo que la tripulación brinda todas las atenciones necesarias a los millonarios e ilustres invitados, el capitán se niega a salir de su cabina. Los eventos mutan de forma inesperada y el equilibrio de poder gira radicalmente cuando se levanta una tormenta que pone en peligro el confort de los pasajeros.
Por si no fuese suficiente con hacerse con la Palma de Oro en Cannes, esta maravilla titulada El triángulo de la tristeza daba la campanada en las nominaciones a los Oscar, haciéndose con las de Mejor película, Mejor director y Mejor guion original. La sorpresa del año gracias al meneo que Ruben Östlund le mete al orden social. Eso sí, con la sutileza y la comedia que ya se han convertido en marca de la casa. Gamberrada máxima para una película que aterriza hoy en nuestros cines.