Ver para creer. Por algo se ha caracterizado siempre HBO Max es por ofrecernos productos particularmente interesantes. La plataforma de streaming es una auténtica mina de oro. Suyas son Los Soprano, The Wire, Juego de Tronos o Euphoria. Arriesgan y ganan. Pero lo que nunca habíamos visto con ellos era que una serie francamente mala terminase convirtiéndose en un éxito de tal calibre.
The Idol es fallida en casi todos sus aspectos. Hablamos de una ficción que nos acerca a la figura de la superestrella pop Jocelyn, que comienza una relación con el enigmático empresario de la noche Tedros, alguien cargado de secretos. Una historia que pretende ser arriesgada y rompedora, pero que se convierte pronto en un pobre espectáculo erótico más propio de otros días. Barry Levinson (Euphoria) buscaba poner todo patas arriba, pero sin embargo da con un fallido producto que resulta de todo, menos rompedor. Eso además de mostrar una apuesta sexista que, por momentos resulta inaceptable.
En cualquier caso, resulta evidente que el público lo ha comprado. The Idol lo está petando en HBO Max, hasta el punto de llevar dos semanas arrasando a lo bestia. Una ficción pobrísima con la que la plataforma se ha llevado una alegría inesperada. Difícil de entender a veces el comportamiento de los espectadores.