Puede que fuese cuestión de no caer en el momento más propicio, pero lo cierto es que pasó inadvertida injustamente. Matt Damon es uno de los actores más queridos por el gran público. El actor lleva tiempo convertido en un auténtico imán en taquilla, pero eso no impide que alguna vez el público le haya dado la espalda. Eso sí, en ningún caso de forma tan injusta como con Cuestión de Sangre.
En el año 2021, todavía conviviendo de forma muy cercana con la pandemia mundial de Coronavirus, llegaba a nuestras vidas un drama con tintes de thriller y, sobre todo, lleno de oscuridad. Cuestión de sangre no acercaba a la historia de Bill Baker (Matt Damon), un rudo operario de una plataforma petrolífera estadounidense, que viaja a Marsella para visitar a su hija. Y es que la joven se encuentra en prisión por un asesinato que afirma no haber cometido. Lejos de casa, las cosas no serán nada fáciles para un padre dispuesto a todo para demostrar la inocencia de su hija.
A pesar de sus 140 minutos de duración, el director Tom McCarthy (Spothlight) se las ingenia para mantenernos constantemente en tensión gracias a un sensacional trabajo de personajes y a una historia que te atrapa sin remedio. Sobra decir que Matt Damon se sale en una cinta en la que soporta todo el peso. Cuestión de Sangre es una joya pasada por alto que hoy reivindicamos necesariamente.