Era algo que tenía que pasar. Durante la década de los 90 y principios de los 2000, un divertido programa familiar arrasaba semana. Con Ramón García al frente, Grand Prix nos encandilaba a todos. Y es que lo pasábamos en grande con una apuesta televisiva que, inexplicablemente, desaparecía durante muchísimo tiempo.
Han tenido que pasar más de dos décadas para que el verano vuelva a ser verano. Ya sin vaquillas, pero con todo el espíritu original, el Grand Prix volvía anoche para dejar claro que fue un error prescindir de él. Los niños siguen siendo niños y las familias siguen reclamando programas que ver en grupo. Así, el resultado ha sido una descomunal cuota de audiencia. Estamos hablando de casi tres millones de espectadores y un 26,1% de cuota de pantalla. Ahí es nada.
Durante las próximas semanas iremos descubriendo si realmente Ramón García y su Grand Prix confirman lo que parecía un secreto a voces: Que todos los queríamos de vuelta. Ataque de nostalgia para varias generaciones, pero también el descubrimiento de algo genial para nuevas niñas y niños. Lo que no estaría además es que el programa empezase un poquito antes de las 22:30, eso sí.