Molaba mucho más de lo que todos se atreven a reconocer. En la década de los 90, nos encontrábamos con una de esas películas tan representativas de aquellos días. La Demolition Man se plantaban los cines para ofrecerles la historia de un peligroso asesino llamado Simón Phoenix que, tras años congelado en una cárcel criogénica, despierta en un mundo sin ley y llena de criminales. Nadie puede detenerle. La única opción es Spartan, el policía que le detuvo en su día y que lleva congelado mucho tiempo por un crimen que no cometió.
Efectivamente, Sylvester Stallone, Wesley Snipes y Sandra Bullock se salían en una película convertida en cinta de culto con el paso de los años. Una mezcla de acción y ciencia-ficción cuyo regreso se lleva tiempo guisando. De hecho, Demolition Man 2 ya se estaba trabajando como confesaba el propio Stallone. Lo que pasa es que el proyecto se encontraba con un obstáculo que hasta ahora desconocíamos.
Lo habían mantenido en la más estricta intimidad, pero Bryan Randall, novio de Sandra Bullock desde el año 2015 llevaba tres años luchando contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Eso provocaba que la actriz se hiciese a un lado en su profesión para estar junto al gran amor de su vida, como ella misma nunca había dudado en afirmar. Por esa razón, todavía no había arrancado el proyecto de Demolition Man 2. El pasado 5 de agosto Bryan Randall fallecía. Un duro golpe para una Sandra Bullock que necesitará tiempo de recuperación antes de volver a ponerse delante de las cámaras. Será ese el momento en el que se reactive la película con una de sus grandes protagonistas. Una lástima todo lo que ha tenido que vivir la genial actriz.