Cosas que pasan y que nadie entiende. Los espectadores tendríamos que venir con un manual de instrucciones. Unas notas básicas que expliquen las razones de que una película que pasaba sin pena de gloria hace más de 15 años ahora se haya convertido en una de las más vistas de la parrilla de Netflix.
Dueños de la Calle se ha colado en el top 10 de lo más visto en la plataforma de streaming. La película dirigida por David Ayer en el año 2008 nos ofrecía un thriller policiaco que funcionaba de forma bastante decente, pero sin más. De ahí que tampoco hiciese demasiado ruido en su día. A pesar de contar con un repartazo liderado por Keanu Reeves, Hugh Laurie, Chris Evans o Forest Whitaker, la realidad es que los días de vino y rosas para Dueños de la calle llegarían 15 años después o, lo que es lo mismo, ahora.
Tom Ludlow, un veterano policía de Los Ángeles, está pasando momentos realmente duros tras la muerte de su mujer. Las cosas se ponen todavía más feas cuando unas pruebas lo implican en la ejecución de un compañero. A partir de ahí, Tom empieza a cuestionarse la integridad moral y la lealtad de toda la gente que le rodea.
Dueños de la calle no es una maravilla, pero se deja ver. Y puede que en estos tiempos en los que cuatro de cada cinco que se estrenan en las plataformas no consiguen ni entretenernos, pues la verdad es que se agradece una cinta así.