Todo lo que hace nuestro queridísimo Mario Casas nos interesa. El actor se ha convertido en uno de los más cotizados de nuestro país, al tiempo que su popularidad crece más allá de nuestras fronteras. Su nombre es sinónimo de éxito, de ahí que todos esperásemos expectantes el estreno de Mi soledad tiene alas, su debut como director. Una cinta que tenía todos los ingredientes para petarlo, pero que ha quedado lejos de cumplir con las expectativas.
La primera vez de Mario Casas tras las cámaras no ha sido ningún desastre. Se ha mostrado como un tipo correcto y con buenas intenciones. Sin embargo, no termina de encontrar su lenguaje en ningún momento. Cine quinqui, pero del siglo XXI. Algo que no termina de funcionar como cabría esperar.
A nivel taquilla, lo que prometía ser un bombazo se ha quedado lejos de lo esperado. Mi soledad tiene alas es demasiado irregular como para conquistar a muchos sectores del público. Así, tras 10 días en taquilla, la película roza los 500.000 €. Un botín nada despreciable, pero lejano a lo que muchos esperaban.
¿De qué va Mi soledad tiene alas?
Nos encontramos en un humilde barrio de las afueras de Barcelona. Allí, Dan (Óscar Casas), Vio (Candela González) y Reno (Farid Bechara), viven de forma frenética, entre fiestas y robos a joyerías. Pero tras la apariencia de delincuente de Dan se esconde un artista sensible y de enorme talento. El regreso de su padre tras años en la cárcel despierta viejos fantasmas en un chaval que entra entonces en una espiral de violencia que le obliga a una huida en la que la amistad de los tres amigos se pondrá a prueba.