Acaba de cumplir 33 años, pero le ha dado tiempo más que de sobra para acumular una cantidad de pasta que haría marearse al más pintado. Cuando vemos a gente como Jennifer Lawrence automáticamente nos asalta la sensación de que hemos desperdiciado gran parte de nuestra vida. Una de las actrices más queridas de la industria gracias a su derroche de carisma y talento lleva tiempo demostrando que es un imán en las pantallas. Eso a pesar de que los últimos años se los ha tomado de chill.
Ganadora de un Oscar (cuatro nominaciones), las películas de Jennifer Lawrence acumulan más de 6.000 millones de dólares recaudados alrededor de todo el mundo. Algo que, como es lógico, tiene reflejo en su cuenta corriente. Después de cobrar 25 millones de dólares por la comedia Sin malos rollos (de un presupuesto de 45), muchos medios han publicado el patrimonio de la actriz y la verdad es que no es tontería.
Ni más ni menos que 150 millones de dólares es el patrimonio neto de la intérprete. Jennifer Lawrence es una máquina de generar dinero, lo cual resulta comprensible desde cualquier punto de vista. Vale que sentimos envidia de la insana (la única que hay), pero no le vamos a negar su merecimiento. Jenny está forrada porque ella lo vale.