Son tiempos difíciles dentro del universo cinematográfico DC. Allá por el año 2013, la cabecera de cómics y Warner decidían apostar por Zack Snyder para liderar uno de los planes más ambiciosos de la historia del séptimo arte. En claro afán por emular el éxito de la competencia de Marvel, en DC apostaban por un creativo de personalidad arrolladora para diseñar las líneas maestras del proyecto. Un camino que terminaría truncándose de forma injusta.
El Hombre de Acero no entraba demasiado bien. La película claramente la personalidad de su director, pero lo terminaba de conectar por completo con el gran público. Era el preámbulo de un proyecto enorme que empezaba a ver la luz y que tenía que hacer saltar todo por los aires. Hablamos de Batman v Superman: El amanecer de la Justicia.
La película aterrizaba en cines en el año 2016, consiguiendo un fantástico resultado de taquilla con casi 900 millones de dólares recaudados alrededor de todo el mundo, pero precedida por una descomunal masacre de la prensa especializada. Un 70% de valoraciones negativas las traba las aspiraciones de Batman v Superman, poniendo en el alambra a Zack Snyder. Sin embargo, al público le gustó bastante el resultado, algo insuficiente para los responsables de Warner, que querían crítica y público, como estaba ocurriendo con Marvel.
Así, las valoraciones excesivamente severas de la crítica llevaban a Warner a prescindir de Zack Snyder tras ver el primer montaje de Liga de la Justicia. Se despedía a un director que no era capaz de conectar con la prensa especializada, pero sí con el público. Principio de la decadencia el universo cinematográfico DC y una decisión que les ha llevado a lo que hoy se vive, con la crítica siendo igualmente dura, pero ya sin el favor de los espectadores. A ver si James Gunn remonta un poco todo esto.