Es una de las parejas de moda. Incluso podría decirse que son los nuevos Bradgelina. Efectivamente, hablamos de Jennifer López y Ben Affleck. Artistas celebérrimos en el mundo de la música y el cine respectivamente (aunque nuestra querida Jenny también ha hecho sus cosas en la gran pantalla), el mundo está a sus pies. La pareja atraviesa un momento dorado, lo que han decidido poner a prueba con una adquisición de lo más cuestionable.
Al poco tiempo de casarse, Jennifer López y Ben Affleck decidieron comprarse una gran mansión en Beverlly Hills ajenos al oscuro secreto que ésta escondía. Según parece, la lujosa casa que incluso alberga piscina climatizada, gimnasio, ring de boxeo y spa, en un pasado pertenecía a Curtis D. Somoza. Este empresario estafó a más de 60 personas hasta amasar una fortuna de 61 millones de dólares. Posteriormente fue condenado a una pena de 25 años de prisión.
Pero, la cosa no acaba ahí. Su posterior propietario, Majel Abdulaziz, tampoco es que fuese una joya precisamente. El hombre era detenido en esa misma casa por acusaciones de abuso sexual contra mujeres. Leyenda negra activada.
No sabemos si se tratará de la nueva Amityville, pero desde luego no es el destino más idóneo para empezar una nueva e idílica vida marital. En cualquier caso, parece que a Ben Affleck, tras ponerse en la piel de Batman, le hace falta algo más para asustarse. Lo mismo le pasa a una Jennifer López, que se batió en duelo con la serpiente de goma de Anaconda. No son personas que se impresionen con facilidad. De cualquier modo, estaremos pendientes de ellos por si la leyenda negra de su casoplón decide cobrarse dos nuevas víctimas.