Los planes iban a ser otros bien distintos. A finales de los 80 y principios de los 90, nuestro queridísimo Tim Burton nos ofrecía una magnífica versión cinematográfica de Batman. Dos películas tremendas en las que Michael Keaton se enfundaba el traje del célebre justiciero de Gotham. Sin embargo, un camino que debía seguir se detenía en seco por diversos motivos que apartaban a Burton y a Warner.
Tenía grandes planes de cara al futuro. Tim Burton pensaba continuar dentro del cine de superhéroes. De hecho, incluso arrancaba el proyecto del Superman de Nicolas Cage. Una cinta que terminaba por ser cancelada cuando ya estaba en marcha. Aquello terminaba por causar un cisma que se llevaba por delante otra de las películas que Burton pensaba desarrollar en la década de los 90. Hablamos del filme en solitario de Catwoman.
El guionista de Batman vuelve, Daniel Waters, aprovechaba un evento de proyección especial navideña de la película para referirse al frustrado spin-off de Catwoman. Y los detalles que compartía eran de lo más interesantes. Al parecer, la intención de Tim Burton era la de embarcarse en una película de bajo presupuesto y en blanco y negro centrado en Selina Kyle. Evidentemente, la protagonista llevaría al rostro de Michelle Pfeiffer.
A pesar de que en un principio tuvo luz verde, finalmente el filme quedaba descartado por Warner al chocar bastante con la idea que tenían del cine de superhéroes. Así, nos perdimos la película de Catwoman que nos merecíamos, en vez de la terrible versión protagonizada por Halle Berry años después. Lástima.