Es una de las películas más recordadas de la década de los 90. Allá por el año 1994, el genial Edward Zwick se ponía al frente de un melodrama titulado Leyendas de pasión, adaptación de la novela de Jim Harrison. El director venía de cosechar ya algún éxito tan importante como el de Tiempos de gloria. Para colmo, reunía en la gran pantalla a un grupo de actores tremendo. Anthony Hopkins, Julia Ormond, Aidan Quinn, Henry Thomas… ¿Y al frente de todos ellos? Pues un actor camino de convertirse en una de las mayores estrellas del cine y llamado Brad Pitt.
Como ya sabemos de sobra, el resultado fue genial, pero parece que el proceso resultó de lo más complicado. Y es que el propio Edward Zwick ha explicado en sus memorias, Hits, Flops, and Other Illusions: My Fortysomething Years in Hollywood, las peleas que tuvo con Brad Pitt durante el rodaje.
La cosa ya no empezaba demasiado bien. Las lecturas iniciales del guion no lucían nada alrededor de una mesa redonda. Brad Pitt no se sentía cómodo e incluso pedía abandonar el proyecto. Era ahí donde tenía que interceder el productor de la película para convencerle de que siguiese. Sin embargo las cosas no mejorarían demasiado durante la filmación. “Brad parece tranquilo al principio, pero puede ser volátil cuando se enfada, como quedó claro en más de una ocasión durante el rodaje. Nos enfrentamos”.
Las cosas se iban complicando con el paso de los días. “Brad se ponía muy nervioso cada vez que tenía que rodar una escena que requería mostrar una emoción profunda. Había crecido con hombres que controlaban sus emociones. Entonces no estaba llegando. Ahí puede que yo le llevase al límite”, confesaba Edward Zwick antes de narrar su mayor pelea.
“Le provoqué dándole instrucciones en alto delante de todo el equipo. Fue una provocación estúpida y vergonzosa y Brad respondió, también en voz alta, diciéndome que me calmara. Lo estaba presionando para que hiciera algo que él consideraba incorrecto para el personaje o era más emo de lo que él deseaba aparecer en pantalla. No sé quién gritó primero o insultó o lanzó la primera silla. Yo. ¿quizá? Pero cuando miramos hacia arriba, el equipo se había marchado. Ocurrió más veces después de todo aquello”.
A pesar de que las cosas no fueron precisamente sencillas en el rodaje de Leyendas de pasión, el director tampoco escatima en elogios hacia Brad Pitt. “La realidad es que nunca era personal. Brad es una persona franca, directa y realmente divertida. Siempre estuvo comprometido a hacerlo lo mejor que podía. Cuando todo estuvo terminado, la película que hicimos reflejaba la profundidad de nuestra pasión”. Cosas de artistas.