En Netflix vuelven a disfrutar de días de vino y rosas. Después de dejar atrás una fase realmente complicada, en la plataforma de streaming parece que han vuelto a reconectar con el gran público. El aumento de suscriptores se cuenta por millones, sobre todo gracias al cambio de política en lo referente a sus estrenos. Se evita ahora lanzarse con proyectos de presupuestos mastodónticos y que, a la postre, resultan difíciles de rentabilizar. Ahora se va más por el camino de cintas más modestas y de argumentos interesantes. Eso sí, El astronauta no les ha salido todo lo bien que esperaban.
Hace unas semanas Netflix lanzaba un filme de ciencia ficción con Adam Sandler como protagonista. El chico infalible de la plataforma venía en racha, después de varios pelotazos seguidos. Sin embargo, El astronauta no lucía tan interesante como cabía esperar.
Tras seis meses en una solitaria misión espacial, un astronauta intentar hacer frente a los problemas de su matrimonio con la ayuda del misterioso polizón que encuentra en su nave. Con esa curiosa premisa se lanzaba un filme que se va perdiendo poco a poco, aburriéndonos demasiado a medida que se trata de dar con un camino más complejo de lo necesario. El astronauta quiere ser más de lo que es, lo que termina por penalizar demasiado las aspiraciones de un filme que ni tan siquiera el público parece rescatar. Una auténtica pena. porque prometía convertirse en un nuevo fenómeno de Netflix.