Lo tenía todo para marcar una época. Siempre pensamos que Ben era el tipo con talento de la familia, pero entonces Cassey Affleck entró en nuestras vidas. El hermano pequeño nos sorprendía a todos desde el primer momento en el que le veíamos en la gran pantalla. Arrollador, intenso e hipnótico, era solo cuestión de tiempo que los premios empezasen a lloverle encima. Y precisamente eso ocurría con una de las mejores interpretaciones que ha dado la historia del cine.
En el año 2016, Cassey Affleck nos regalaba un retrato completamente desolador de un personaje roto. Manchester frente al mar era el título de la cinta. ¿El resultado? Pues galardones de todo tipo, incluyendo el Oscar a Mejor Actor. Eso sí, el premio llegaba de milagro, cuando las votaciones ya se habían cerrado. Lo cierto es que semanas antes de que se entregasen los Premios de la Academia, salían a la luz dos mujeres que denunciaban
Amanda White y Magdalena Gorka presentaron una demanda contra el actor alegando acoso sexual e infligirles intencionalmente “angustia emocional” durante el rodaje de la película I’m Still Here, en 2010. Un filme que él mismo dirigía. “Me comporté de una forma inaceptable y permití que otros actuaran de una manera que realmente era poco profesional. Me arrepiento mucho y pido perdón”, declaraba el intérprete poco después.
Durante la gala de los Oscar, tras decir el nombre de Casey Affleck como ganador, la actriz Brie Larson (ganadora del premio a Mejor Actriz el año anterior) le entregaba el galardón y le negaba los besos y cualquier tipo de contacto. Ese fue principio del fin de un actor que, desde entonces, solo ha protagonizado dos películas más. Con las dos mujeres demandantes llegaba a un acuerdo extrajudicial que le evitaba ir a juicio, pero la carrera de uno de los actores más brillantes de la industria quedaba herida de muerte a consecuencia de unos comportamientos infames.